Cuando el lago se hiela
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En Londres, en vísperas de la Navidad de 1936, todos los periódicos hablan de la ola de frío que ha hecho que se hielen los lagos del norte del país.
Dejándose llevar por la nostalgia, la joven Alix Richardson decide regresar a la mansión familiar, en Westmoreland, para pasar las fiestas en compañía de sus hermanos, a pesar de la poca gracia que le hace reencontrarse con su altiva abuela.
No es la única que va a volver: todos los miembros de la familia Richardson se reúnen en la casa para celebrar la estación de los buenos deseos.
Sin embargo, detrás de la aparente calma de la vida familiar, se ocultan viejos rencores, pasiones y secretos muy antiguos. Curiosa y decidida, con una madurez nueva, Alix decide desenmascarar de una vez por todos los fantasmas del pasado. Una decisión que tendrá consecuencias imprevistas.
Reseña
Está considerada como una novela romántica, pero la verdad es que yo no la calificaría como tal. En realidad se trata de la historia de una familia con un pasado inmediato que ya le vale y nada romántico. La abuela es una bicha, una mala pécora, a la te entran ganas de quemar en una pira, por supuesto, viva.
La trama está bien y el suspense es suficiente para que te enganche y la leas de una sentada, aunque, si se tiene algo de imaginación, descubres todo desde bastante pronto. Muy bien ambientada.